La primera razón por la que me gustan es porque encontrar una base decente es complicado. Yo soy muy pálida y las bases tienen que ser o como mi tono o ligeramente más oscuro, ya que más claras serían exageradas y un par de tonos más oscuros, serían exageradas en el extremo contrario.
Por otra parte, las texturas también me importan. No me gusta que quede la cara súper seca y tampoco que quede grasienta. Pensé que esto lo había conseguido con la BB Cream de Garnier ¡pero no! Al cabo de las horas, el maquillaje queda ligeramente grasiento y no me gusta.
Esta combinación que os presento hoy consigue todo lo que quiero rápidamente.
El primer producto que os quiero enseñar es la base iluminadora de Yves Rocher. Podemos elegir entre dos tonos y el producto está testado bajo control dermatológico. Su fórmula es fluida, ligera y no grasa y respeta todos los tipos de piel. Cierra los poros y alisa la piel.
Es como una BB Cream pero más ligera aún y con menos color. Deja la piel perfecta para aplicar el resto del maquillaje.
Cuesta 18,50 €.
Por supuesto antes...¡antiojeras! (al menos en mi caso)
El siguiente paso, sería aplicar el maquillaje serum alisante. Es una base de maquillaje muy ligerita, que cubre perfectamente pero sin recargar. No se nota que llevas maquillaje y si lo aplicas con pincel, mucho mejor.
Por 27 € en cualquier establecimiento de Yves Rocher.
Además, ha sido premiado en el Producto del Año, como el producto del año.
Y para terminar, nada mejor que los polvos sueltos de bambú aterciopelados. Son transparentes y traslúcidos y ayudan a acabar con los brillos de la zona T. El toque final para un maquillaje de diario. Cuestan 17,50 €.
¿Quién da más?